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Museo IMPA

Unico Museo Vivo de la Cultura del Trabajo y de la Identidad Obrera

2 de Septiembre – DÍA NACIONAL DE LA INDUSTRIA

Luego de que los propios trabajadores y trabajadoras de IMPA (Industria Metalúrgica y Plástica Argentina) recuperaran la fábrica en 1998 —por ese entonces en situación de quiebra—, y lograran sacarla adelante lentamente, una de los aspectos más impactante que vivieron fue la reactivación de las máquinas, y con ello, del trabajo.

Oracio Campos (así, sin H), primer presidente de IMPA como empresa recuperada, en una de las tantas charlas con el Museo IMPA recordaba una y otra vez: «cuando entré y sentí las máquinas que andaban, me agarró una emoción que me quedé parado ahí… ¿cómo? ¡si la teníamos perdida la fábrica! ¡otra vez el ruido!”

Ese ruido fabril que revitalizaba a los trabajadores era también parte de la identidad barrial, como cuenta Ana María, vecina, coordinadora del Centro de Jubilados Dulces Encuentros y amiga de IMPA: «tenía incorporado el ruido de las máquinas como tenía incorporado el tren. Era algo como que te acompañaba, lo mismo que la sirena de la fábrica».

Hoy, los trabajadores y trabajadoras de IMPA continúan adelante con la producción fabril tras muchos años de lucha, incorporando a su historia de mas de 80 años, a trabajadores/ras de la cultura y de la educación.

Quizás, no sea casual que el «Día de la Industria» se haya establecido en 1941, el mismo año en que el antiguo establecimiento Lienau, Sueiro y Grech Soc. Resp. Ltda. pasara a llamarse IMPA, bajo el lema «Una industria al servicio de la Patria».

A modo de ilustrar aquella época tomamos prestado el link de DIFILM (http://www.difilm-argentina.com) que corresponde a la exposición industrial de 1942, de la que IMPA formó parte. Que lo disfruten!

©Difilm-argentina

CRÓNICAS DEL MUSEO IMPA EN CUARENTENA

Prototipo IMPA-RR11.

A 78 años del primer avión argentino fabricado por una empresa privada.

Por Nicolás Ricatti

Este 25 de julio se cumplen 78 años del vuelo inaugural del prototipo IMPA RR-11, el primer avión realizado por una empresa privada argentina, que fue, además, construido en el marco de un proyecto mayor de fabricación de diversos prototipos (de turismo, entrenamiento militar y transporte liviano), en una época en la que la aeronáutica argentina estaba aún en ciernes pero, cuyo desarrollo se veía estimulado por el contexto de la Segunda Guerra Mundial.

En 1942, IMPA – Industria Metalúrgica y Plástica Argentina, era una empresa en pleno proceso de expansión dedicada al rubro metalúrgico. Contaba con más de 10 años de existencia dedicados a la producción de bienes en metales no ferrosos (aluminio, cobre, estaño) para el mercado interno. Un mercado que no había dejado de crecer gracias al llamado proceso de desarrollo por sustitución de importaciones generado por la Crisis del ’30 y la caída del comercio mundial, que provocaron que muchos países debieran producir muchos bienes de consumo que antes importaban.

En este sentido, el caso de IMPA no fue excepcional, sino que, a la par de muchos otros talleres y fábricas de entonces, creció acorde a la demanda y la caída de las importaciones. En sus instalaciones de la calle Querandíes 4288 de la ciudad de Buenos Aires se fabricaban pomos y estuches para la industria cosmética, y, con el aumento de clientes, la producción se diversificó incorporando la elaboración de ollas, sartenes, pavas, alfileres, botones, bicicletas y un sinnúmero más de productos (1).

La gran acumulación de capitales permitió al Ing. José Mario Sueiro, fundador de IMPA, incursionar en un proyecto en el que había pensado durante sus viajes a Europa para comprar maquinaria: la fabricación de aviones.

La aviación era una industria que tenía pocas décadas de desarrollo en el mundo y todavía estaba en ciernes en la Argentina. En nuestro país aún no había ingenieros ni obreros especializados, no había producción de materias primas para el rubro ni un mercado propicio. Por ello, fue en París, al conocer al Ing. Alfredo Davins Ferrer (2), cuando Sueiro vio posibilidades más tangibles de concretar su proyecto.

Davins Ferrer era un joven ingeniero español (nacido en 1911 y recibido en 1932), con una trayectoria mayor como piloto que en el diseño de aviones. Aún así, José Mario Sueiro lo convenció, y, Ferrer vino a la Argentina para concretar el proyecto. En 1941 comenzó a trabajar en el diseño del primer avión de IMPA: el prototipo RR-11, un monoplano biplaza de 7,42 m de largo, con motor Lycoming 0-145-B2 de 65 HP (3).

Modelo RR-11. «Ahora» periódico ilustrado. Año VIII, N° 742, 31 de julio de 1942.

Los trabajadores de IMPA construyeron el avión en el cuarto piso de la fábrica, usando madera de pino spruce y abedul, pero la novedad del proyecto fue tal que derivó en un imprevisto: cuando quedó terminado, las autoridades notaron que no había cómo sacarlo de la fábrica. Finalmente se decidió romper una de las paredes de la fachada del edificio de Querandíes para sacarlo a la calle (4).

Aunque se hicieron pruebas en junio de 1942, el bautismo de vuelo del IMPA RR-11 fue el 25 de julio de ese año —durante el gobierno de Ramón S. Castillo (1942-1943) sucesor del recientemente fallecido presidente Roberto Ortiz—, y, el vuelo inaugural del prototipo se realizó en el aeródromo de Gral. Pacheco. El Ing. Sueiro y los trabajadores estaban exultantes a juzgar por las notas periodísticas; no era para menos, a excepción del motor, la totalidad del avión se había hecho en IMPA, incluso los velocímetros, taquímetros, brújula, etc. (5). Además estaban presentes varias autoridades nacionales, como el director de Aeronáutica Civil, Dr. Samuel Bosch y el director de Fabricaciones Militares, Cnel. Savio, lo que demuestra el interés del gobierno, y, el de sectores militares nacionalistas por el desarrollo del proyecto aeronáutico. Afortunadamente el vuelo fue auspicioso y el prototipo ganó los elogios del piloto Ciro Comi, encargado del estreno.

El logro de este primer avión argentino hecho por una empresa privada fue posible gracias a las decenas de trabajadores y trabajadoras de IMPA que se abocaron a dicha tarea, a pesar de no tener experiencia previa en el rubro. Así es como las crónicas de la época destacan y exhiben fotografías de los obreros y las obreras divididos en tareas específicas para la concreción del proyecto.

Trabajadores de IMPA. «Ahora» periódico ilustrado. Año VIII, N° 742, 31 de julio de 1942.

Sin embargo, la fabricación del RR-11 no fue tan sencilla y hubo que vencer algunos escollos generados por la «falta de la unificación y de la centralización que tan imperiosamente requiere nuestra aeronáutica», según mencionaba el Ing. Sueiro en un reportaje en 1942.

En efecto, la falta de profesionales, el poco desarrollo de la producción de materias primas locales destinadas a la aeronáutica y la falta de obreros especializados fueron algunos de los inconvenientes a sortear. Por ello, el mismo Sueiro, entre otras cosas, mencionaba que era preciso «establecer laboratorios que estudiando afanosamente y sin desmayo, den las formas para extraer de nuestra tierra, pletórica de materias primas, los materiales que nuestra industria necesita», más aún, en el mismo reportaje publicado por el periódico «Ahora» el 31 de julio de 1942, el dueño de IMPA resalta que «todo industrial, movido por sentimientos patrióticos, tiene la obligación y debe empeñarse en que las materias primas que nos vienen del extranjero, sean suplantadas a cualquier precio, por elementos nacionales» (6).

Con el entusiasmo por el éxito inicial del prototipo RR-11, IMPA continuó con el diseño de otros prototipos y la fabricación de aviones de turismo y entrenamiento así como de aeroplanos. El IMPA Chorlito y el IMPA TU-sa son ejemplos de ello. Incluso, en 1944, se inauguró la sede de IMPA Quilmes dedicada exclusivamente a la aviación y en cuya apertura se realizaron demostraciones de vuelo y saltos de paracaidistas.

IMPA comenzaba así, a dejar su huella en la historia de la industria aeronáutica local.

(1) Silva, Horacio. «Informe sobre los orígenes de la fábrica IMPA». Inédito.(2) «Ahora» periódico ilustrado. Año VIII, N°742, 31 de julio de 1942. (3) Sale, Atilio. «Aviones argentinos». Buenos Aires. Editorial CID, 1987. (4) Mencionado por los vecinos en el marco de entrevistas del trabajo de reconstrucción de la Memoria Social llevado adelante por el Equipo Museo IMPA. (5) Revista sin identificar. «IMPA, un establecimiento que honra al país», 1942. pp. 34-35. Archivo Museo IMPA.(6) «Ahora» periódico ilustrado. Año VIII, N° 742, 31 de julio de 1942.

IMPA ESTATAL 1946 – 1961

74 años

IMPA es una empresa que, debido a su larga trayectoria de más de 90 años, ha pasado por diferentes etapas, reflejo de los sucesos económicos y sociales del país. La segunda de esas etapas ha sido IMPA e. n. (IMPA empresa nacionalizada), denominación que adquirió tras su estatización bajo el gobierno de Edelmiro Farrell el 1 de junio de 1946.

Desde su fundación a fines de los ‘20 por Roberto Lienau y José M. Sueiro, y, gracias al contexto de industrialización por sustitución de importaciones, IMPA se había convertido en una industria metalúrgica de primer nivel en el país. De ella, emergían miles de productos de metales no ferrosos y de plástico destinados al mercado interno: pomos de aluminio, ollas, botones, estuches, alfileres, alcancías, pavas, bicicletas, entre otros. Así como, desde 1942 sumó la fabricación de menaje y vainas de cartuchos Máuser para el ejército y, en 1944, incorporó la fabricación de aviones y aeroplanos.

Tal capacidad la convertían en una empresa vital para la defensa del país en aquel contexto de guerra mundial, e incluso estuvo en la mira del gobierno de Estados Unidos. Para evitar presiones externas, el gobierno de Farrell la intervino en 1945 y, finalmente, la estatizó el 1 de junio de 1946, es decir, hace 74 años.

La nueva situación produjo un cambio en la estructura organizativa de la empresa debido a que el Estado ya contaba con otras instituciones dedicadas a la fabricación de armamento y aviones, por lo cual, paulatinamente, IMPA fue reconvertida a su función original: la fabricación de bienes de consumo para el mercado interno. En ese proceso IMPA se desprendió en 1947 de la sede Quilmes, dedicada a la aviación, y, en 1948, de la sede de San Martín dedicada a los armamentos. Permanecieron activas las sedes de IMPA Querandíes y la de Ciudadela. Entre ambas plantas trabajaban más de 1100 obreros que producían 1.500.000 pomos de aluminio, papel aluminio, las bicicletas Ñandú (producto con el que IMPA conquista el 15% del mercado nacional), además de ollas, pavas, sartenes, estuches, alcancías, etc.

Tanto en su etapa privada como en la nueva etapa estatal, IMPA desarrollaba todo el proceso productivo: una vez llegados los lingotes de aluminio (en esa época se importaba), se fundían en los hornos, se laminaban en diferentes etapas, se cortaban, y luego, en cada sección, se utilizaban para los diferentes productos. En 1950, el gobierno decidió incorporar IMPA a la D.I.N.I.E. (Dirección Nacional de Industrias del Estado) y así continuó siendo por años una empresa líder en su rubro. Sin embargo, tras el golpe de Estado de 1955, los sucesivos gobiernos, asesorados por economistas de tendencia liberal (Álvaro Alsogaray, Roberto Alemann), empezaron a considerar que las empresas estatales eran deficitarias y que era necesario deshacerse de ellas. De esa manera, y en un proceso que llevó varios años, la D.I.N.I.E. fue disuelta, la mayoría de las empresas pasaron a manos privadas, mientras que otras pocas se conformaron como cooperativas. Este último fue el caso de IMPA, que en 1961 bajo el gobierno de Frondizi fue vendida a sus trabajadores pasando a llamarse IMPA Coop. Ltda. de Trabajo y Consumo, dando inicio a otra etapa de la fábrica.

El Museo IMPA y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México) juntos por la «La valoración del Patrimonio cultural hacia una ética ciudadana»

Curso-Taller + Conferencia + Proyección de film

Del 2 al 6 de marzo de 2020

Con la ayuda de la Beca Formación 2019 del Fondo Nacional de Artes y la colaboración del CIAP – Centro de Investigaciones en Arte y Patrimonio (Conicet-UNSAM) bajo la dirección de Sandra Szir los invitamos a participar de los Cursos y Conferencia que dictará –del 2 al 6 de marzo–, nuestro invitado especial el Dr. Prof. Mariano Castellanos Arenas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México).
Programa completo e inscripción previa a: museoimpaoficial@gmail.com
Cierre de inscripción jueves 27 de febrero.

Eflyer Capacitacion Museo IMPA 2020

El origen de IMPA: un falso origen alemán

El origen de IMPA y la sombra de la Guerra

En los relatos históricos circulan muchos mitos que a fuerza de repetición terminan considerándose como ciertos. A veces esos mitos son reproducidos solo por el “saber popular”, otras veces por fuentes gubernamentales, y más raramente, incluso por historiadores académicos. Pero en ocasiones, son todas esas voces las que persisten en regenerar hechos más cercanos a la fantasía que a la realidad: tal es el caso de los orígenes de IMPA.

Durante mucho tiempo, circuló la idea de que la IMPA (Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina) era una empresa de origen alemán. Sin mayores precisiones, este dato fue sostenido en medios de prensa, tesis doctorales, e incluso por los mismos trabajadores/as de la fábrica, quizás, debido a que durante parte de la II Guerra Mundial, su accionista principal fue un austríaco investigado por el Departamento de Estado norteamericano, y que, la empresa fue expropiada durante el gobierno del General Edelmiro Farrell (1944–1946) siendo puesta bajo la administración del mismo ente la “Junta de Vigilancia y Disposición Final de la Propiedad Enemiga”, que englobaba a las empresas expropiadas a los alemanes tras la declaración de guerra al Eje.

Sin embargo, la investigación realizada por el equipo del Museo IMPA, logró reunir la información pertinente (documentación de la empresa, estatal, externa, relatos orales) que llevó a constatar que IMPA fue desde su origen una empresa de capitales argentinos.

Lejos del mito del origen germano y de su supuesta fundación en la década de 1910, la documentación respalda que tuvo su inicio a fines de los años ’20 o principios de los ’30 bajo el nombre de “Lienau y Cía” con el mexicano naturalizado argentino, Roberto Lienau y el Ingeniero José Mario Sueiro como sus fundadores. Años después, tras la fusión, en 1940, con la joyería de Honorio Grech pasó a denominarse “Lienau, Sueiro y Grech Soc. Resp. Ltda.”, hasta que, finalmente en 1941, adquirió el tradicional nombre de IMPA s. a.

Pero retomando el “mito de origen”, el intrincado camino nos lleva a la controvertida figura de un bon vivant austríaco: Friedrich “Fritz” Mandl (1900–1977).

Mandl provenía de una familia de origen judío que era propietaria de la gran empresa de armamentos austríaca “Hirtenberger”. Una empresa que, para 1929, contaba nada menos que con 25.000 empleados, y, que sin pruritos ideológicos, vendía sus municiones a la Italia fascista, a la Bolivia en guerra con Paraguay en 1932, al bando nacional de Franco tanto como a las milicias populares durante la Guerra Civil Española, así como a la Argentina, China, Irak, Bulgaria, Chile o Grecia.

Fritz Mandl fue nombrado gerente general de Hirtenberger en 1929, cuando su padre se retiró del negocio, precisamente en momentos de gran efervescencia en Europa Central, tanto por la crisis económica como por el surgimiento y afianzamiento de regímenes políticos autoritarios. En este sentido, a juzgar por sus relaciones comerciales y de amistad, Mandl puede ser caracterizado como un filofascista con importantes contactos dentro del gobierno nacionalista de Austria. Tuvo también contactos con la Italia fascista, y, para favorecer a su empresa, no dudó en violar el Tratado de Versalles vendiéndole municiones a Alemania. Por esos años, además, durante una de las fiestas nocturnas que tanto amaba, Mandl se hizo amigo del príncipe austríaco Ernst Rüdiger Starhemberg, quien sería vicecanciller de Austria, dirigente de la Heimwehr, y tan parrandero, mujeriego y amigo de las copas como Mandl.

Su posición social no evitaría, sin embargo, que tras la anexión de Austria por Alemania, tuviera que huir de su país para evitar ser llevado a un campo de concentración como ocurrió con los austrofascistas. La Hirtenberger fue expropiada al igual que todos sus bienes tras ser acusado Mandl de “alta traición” por la Gestapo. No obstante, conocedor de los manejos financieros, pudo desviar parte de su fortuna, y, hallándose en Francia, emigró en 1938 a la Argentina, donde su empresa tenía negocios desde muchos años atrás.

En nuestro país, trató de revitalizar viejos lazos, como por ejemplo los que tenía con Basilio Pertiné, ministro de Guerra hasta 1938, luego presidente del Círculo Militar, intendente de la ciudad de Buenos Aires, y director de la empresa Siemens- Schukert S.A.

Fritz Mandl invirtió en empresas agrícolas, compró una mina de carbón en Mendoza y la cuarta parte de la compañía naviera Mihanovich. A la vez, realizó negocios en otros países, entre ellos Estados Unidos, donde compró una productora cinematográfica y una cervecería, por ejemplo.

Con la ciudadanía argentina, que le fue otorgada el 29 de abril de 1942 bajo el gobierno del radical Roberto Ortiz, Mandl compró la fábrica de bicicletas “Cometa S.A.” de la localidad de San Martín. Fue por esos años que comenzó a poner su ojo en IMPA, que ya fabricaba bienes de metales no ferrosos para el mercado interno, así como municiones y pertrechos para el ejército, aviones e incluso, bicicletas.

Fritz Mandl no perdió tiempo e hizo las gestiones necesarias para adquirir una parte de IMPA. Es así como durante 1943 adquirió las acciones que estaban en manos de Vera Forum de Lienau, viuda de Roberto Lienau, uno de los fundadores de la empresa, como también, compró sus partes a pequeños accionistas. De esa forma y a despecho de José Mario Sueiro (fundador y director de la firma), Mandl pasó a ser socio mayoritario de IMPA figurando oficialmente como parte del directorio desde octubre de 1943.

Al poco tiempo, Mandl logró fusionar “Cometa S.A.” con IMPA, y la fábrica de San Martín se reconvirtió en “IMPA armamentos”, una de las cuatro sedes que tendría la empresa (junto con IMPA Quilmes, IMPA Ciudadela e IMPA Almagro).

Pero no todo resultó tan promisorio para Fritz Mandl. Lejos de la persecución nazi, se encontraba ahora, por sus negocios y relaciones (amistosas y comerciales), en la mira del FBI y del Foreign Office británico. Bajo la sombra de la II Guerra Mundial, su figura era señalada como la de un agente al servicio del nazismo, y en el marco de los intereses comerciales de Estados Unidos por obtener el mercado local ocupado por compañías alemanas, las empresas de Mandl se encontraban en medio de una fuerte investigación. Tal es así que, tanto Fritz Mandl como IMPA fueron incluidos en una lista negra por el gobierno estadounidense.

Frente a esa marea de presiones, sumado a que el gobierno argentino consideraba fundamental sostener las industrias estratégicas de cara a un contexto de guerra, Mandl tuvo que alejarse de IMPA y finalmente vender sus acciones en 1944. De esa manera, IMPA volvió bajo el control de su fundador José Mario Sueiro, aunque no por mucho tiempo: el gobierno de Farrell la intervino en 1945 y la expropió definitivamente en 1946.

La errática vida de Fritz Mandl continuó por unos años en la Argentina sin que en nuestro país o el exterior se pudiera probar su calidad de agente nazi, y, finalmente en 1955 volvió a su Austria natal.

Su figura se paseó por los pasillos de IMPA por menos de un año, pero, bajo la sombra de la Guerra, fue suficiente para identificar equivocadamente a nuestra fábrica con un falso origen alemán.

Nicolás Ricatti. Equipo Museo IMPA

Nota de Pagina 12 a proposito de la apertura del Museo Impa en la Noche de los Museos 2018.

La Noche de los Museos 2018

Se viene «La Noche de los Museos» y nuestro museo esta con los motores encendidos!!!!!! La historia de la fábrica como caso modelo de las transformaciones sociales, políticas y económicas de nuestro país + Orquesta + Performance + Stand Up + los colectivos que hacemos IMPA + Buena Onda = una noche inolvidable!!!!!

Te recordamos que podes viajar entre las 20.00 y las 23.00 en las seis lineas y el Premetro, gratis. Ademas, te adjuntamos el link para que te bajes el «Pase Libre 2018» y puedas moverte por la ciudad en colectivo también gratis (https://www.buenosaires123.com.ar/imagenes/pase-libre-colectivos-noche-de-los-museos.pdf)

Apertura de septiembre 2018 + invitada especial

Estimados Amigos/Amigas. Calentamos motores para nuestra apertura del mes de septiembre, el próximo sabado 8 de 17 a 19 h. No solo haremos nuestra visita guiada mensual sino que ademas, tendremos el placer de la visita de Ladymaria Gonzalez presentando su ultimo CD «Urano» con sus músicos en nuestro Museo. Adjuntamos la información de la apertura, el concierto y unos links para que la empiecen a disfrutar. Los esperamos. Entrada libre y gratuita.

 

«El Museo IMPA no recae en la mirada bucólica de su pasado fabril, sino que la resignificación de su pasado desde el presente constituye la estrategia fundamental para legitimar su papel no sólo como un emprendimiento industrial y cultural, sino -sobre todo- de escala humana.»

Agradecemos, hoy mas que nunca, las palabras para con nuestro Museo que Leonardo Casado, Licenciado en Museología y Director de los Museos Municipales de la Secretaría de Cultura de Berazategui ha publicado en la revista Espartaco.

Aqui el link a la nota.

http://www.espartacorevista.com/j/index.php?option=com_content&view=article&id=169%3Amuseo-impa-un-espacio-donde-ocupar-producir-y-resistir-es-un-trabajo&catid=8%3Anotas&Itemid=101

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